

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Aproximadamente 5kg de nuestro cuerpo es lo que pesa la piel y ocupa unos dos metros cuadrados. Se trata de un órgano que nos permite sentir sensaciones como el dolor, el tacto y la presión, también nos protege del medio ambiente y nos ayuda a regular la temperatura corporal y el balance de líquidos. Es un órgano que va cambiando a lo largo de los años y que se convierte en el signo más visible del envejecimiento.
Con la edad, la capa más externa de la piel se adelgaza, las células que contienen pigmento disminuyen y los melanocitos aumentan de tamaño. De manera que la piel se proyecta más delgada, pálida y traslúcida. Pero, ¿cuáles son las causas de los signos de envejecimiento de la piel?
- Arrugas: las arrugas que aparecen con los años son la causa del adelgazamiento de la piel. La disminución de producción de células en la capa exterior de la piel hace que esta sea como papel y se arrugue.
- Pérdida de la firmeza: cuando la piel produce menos elastina y colágeno pierde firmeza y cae.
- Manchas: con los años las células de pigmentación tienden a aumentar y se agrupan formando lo que se conoce como manchas de la edad.
- Sequedad: la piel envejecida tiene menos glándula sudoríparas y oleosas y esto hace que la piel sea más propensa a condiciones de sequedad como la aspereza y la picazón.

Todos estos problemas son comunes pero la velocidad y el grado tiene que ver con factores genéticos y estilos de vida. Además, no hay que olvidar que una buena prevención y buenos hábitos pueden ayudarnos a conservar una piel bonita. Estos factores influyen en nuestra piel:
- El sol es un enemigo. Un 90% de los problemas asociados al envejecimiento son el resultado de demasiada exposición al sol.
- No fumar. El tabaco perjudica a la elasticidad y fuerza de la piel.
- El estrés. La piel es la primera de mostrar los signos de estrés, la sequedad, sensibilidad, manchas y los excesos de grasa son los síntomas que provocan el estrés interno en nuestra piel.
- La falta de sueño. No gozar de las horas necesarias de sueño repercute en nuestra piel ya que mientras dormimos nuestra piel tiene tiempo para reponerse y rejuvenecer.
- La deshidratación. Se debe beber como mínimo 2 litros de agua al día para mantener la piel hidratada.
- La mala nutrición. Llevar una alimentación sana y equilibrada es fundamental para prevenir las manifestaciones del envejecimiento cutáneo.
En Labco analizamos las carencias y excesos de los nutrientes implicados en la evolución del envejecimiento cutáneo, posibilitando así la prevención personalizada para cada paciente, con DermaScreen.
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