

Con la llegada del verano la llamada 'operación bikini' puede ser, en opinión de los especialistas médicos, una "buena excusa" para comenzar a preocuparse por la salud alimenticia y un "buen motivo” para introducir ciertos cambios en los hábitos alimenticios que supongan una mejora en nuestra salud global.
Al llegar esta época del año comenzamos a preocuparnos en mayor medida de nuestra salud alimenticia, de manera que en muchas ocasiones, somos conscientes de lo descuidados que hemos sido en este sentido a lo largo de todo el año.
De este modo y poniendo con ello en peligro nuestra salud, hay personas que buscan en las llamadas “dietas milagro” una rápida pérdida de peso o una solución rápida al descuido en la nutrición durante el del resto del año, a costa de su propia salud
Se ha demostrado en diversos estudios que el uso prolongado de este tipo de dietas, basadas en la prohibición de un grupo de alimentos y que prometen resultados rápidos, no produce resultados reales a largo plazo y mucho menos saludables.
Una dieta sana es…
La pérdida de peso se justifica por el tiempo que se sigue la dieta y por las calorías que se dejan de ingerir. Por ello, la recomendación que desde LABCO lanzamos como compañía puntera en el cuidado del paciente, es que la persona que quiera controlar su peso por cualquier motivo (estético o de salud) acuda a un especialista y consulte qué puede hacer para controlar su peso y/o mejorar su salud.
Dicho especialista hará un estudio personalizado en el cual realizará un estudio nutricional, en el que es muy recomendable un análisis pormenorizado del IMC (Índice de Masa Corporal), Índice de Grasa Corporal y pruebas más específicas como las posibles intolerancias alimentarias que tenga el paciente, para lo cual existen pruebas como el test A-200 capaz de detectar posibles intolerancias alimenticias a más de 200 alimentos.
IMC (Índice de Masa Corporal) = Peso (kg) / Estatura (m)2
Así mismo, en casos en los que el médico especialista en nutrición lo vea conveniente o a petición del propio paciente, se pueden realizar otro tipo de pruebas como NutriGen, Nutriscreen, ObesGen, etc. Entre todas ellas, destacamos ObesGen, que realiza una evaluación genética de la predisposición a la obesidad y otras enfermedades relacionadas.
Además, el análisis proporciona información práctica relevante sobre las estrategias que permiten el tratamiento y la prevención de la obesidad de forma totalmente personalizada.
En consecuencia, la consulta al médico especialista junto con estas pruebas personalizadas, facilita información de las susceptibilidades genéticas y recomendaciones personalizadas de las estrategias más eficaces para la pérdida de peso de dicho paciente y la consecuente mejora en sus hábitos alimenticios y en su salud.


















